Consecuencias del confinamiento
En marzo
de 2020, la pandemia nos afectó a todos, haciendo que cambiáramos nuestras vidas.
Tuvimos que ponernos mascarillas, dejar de abrazar a nuestros familiares, pasar
más tiempo en casa, dejar de ir a la escuela o al trabajo para hacerlo de
manera online, etc... Toda esta situación supuso un gran número de consecuencias.
Los niños cambiaron sus hábitos, los más pequeños hicieron innumerables dibujos y actividades plásticas, los adolescentes pasaron más horas delante de las pantallas, los patrones de sueño se vieron modificados y la alimentación fue menos saludable, lo que podrá habido conducir a un aumento de peso. También, muchos niños que viven en la pobreza y asisten al comedor de la escuela, no tuvieron cómo alimentarse de forma saludable durante ese tiempo.
Este virus ha cambiado radicalmente cada una de las vidas de los niños y niñas. Durante todo este tiempo, los niños y las niñas vieron el coronavirus como un enemigo al que hay que ganar, usando el término “bicho malo” para referirse a él. Además, aprendieron mucho acerca del coronavirus: cómo protegerse, cómo se contagia, qué es, etc. Aunque sintieron sentimientos de miedo, culpa y tristeza.
En cuanto a los efectos del coronavirus en la educación, el cierre de las escuelas por el confinamiento potenció las desigualdades en los resultados académicos y en los conocimientos adquiridos. Destacando la brecha digital de las familias españolas, ya que no todas ellas podían permitirse tener ordenadores para las clases online de sus hijos y para teletrabajar y, también, otras muchas familias no sabían cómo se utilizaban estos recursos.
Fuentes consultadas:
Cifuentes-Faura, J. (2020). Consecuencias en los
Niños del Cierre de Escuelas por Covid-19: El Papel del Gobierno, Profesores y
Padres. Revista Internacional de Educación para la Justicia Social, 9(3).
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